Siempre, a pesar de no llegar a conocerla, escuchamos en casa las historias capitaneadas por mi abuela Juana y mi abuelo Román.
Esas historias me hicieron siempre tenerla muy presente.
Una mujer muy rebelde, para la época que le toco vivir. Siempre actuaba acorde a sus pensamientos y sensaciones y aunque estos no fuesen bien vistos para su época, a ella no le influía para exprimir cada momento como mejor le parecía. Sin importarle lo que la sociedad marcara y dijese, seguía siempre sus valores, no dejaba de lado su atrevimiento, su inconformismo, sus ganas de conocer cosas y mundos nuevos. Aun sabiendo que luego iba ser centro de todas las críticas y cotilleos, ella o mejor dicho su mente revolucionaria, estaba por encima de todo eso.
La encantaba bailar, viajar, cantar, jugar con sus hijos….sentirse libre, pero sobre todo ser la compañera de viaje de mi abuelo. La encantaba que mi abuelo siempre fuera bien vestido hasta el más mínimo detalle. Siempre revisaba que llevase sus zapatos bien limpios y su pañuelo bordado por ella, con su inicial, en el bolsillo. Así es como la imagino en los momentos más tranquilos de su vida, sentada con la familia, alrededor del fuego bordando la Inicial ¨R¨ en los suaves pañuelos de algodón a mí abuelo.
Él era un señor muy elegante, de buena percha y postín, pero humilde. Estaba perdidamente enamorado de la forma que tenía mi abuela de sentir la vida, de su libertad, de su forma de pensar, de su rebeldía.
Pronto empezaron los viajes de mi abuelo a Estados Unidos. Mi abuela con esas ganas de exprimir la vida, conocer mundo y experimentar nuevas sensaciones, siempre que podía, le acompañaba en sus aventuras. Mi abuelo siempre decía que con ella hasta los momentos más simples ya eran aventuras…..
Él era un magnifico visionario del negocio.
Su primer destino y el que marca nuestra historia es el estado de Indiana. Allí empezó comprando gallinas y exportándolas a los pueblos de alrededor de Madrid. Una gran aventura en la que mi abuela se sentía participe y protagonista. Le encantaba formar parte de los disparatados negocios de mi abuelo, formaban un gran equipo.
Fue muy novedoso e innovador y ayudo al desarrollo de la comunidad. La gente empezó a llamar al barrio donde vivía mi abuelo, el barrio de la Indiana.
Pasaban tanto tiempo allí, que empezaron a practicar nuevos hobbys, como el tiro con arco, algo que a él y a mi abuela les fascinaba. Los dos competían juntos, como siempre en equipo. Donde le admitieran a él tenían que admitirla a ella y por aquel entonces eso era nadar a contracorriente, pero les daba igual estaban juntos y para ellos eso era lo importante.
Una noche estrellada del verano de 1960 mí abuela estaba super feliz, habían ganado la final de un campeonato de tiro con arco y con motivo de ello mi abuela Juana le regalo algo muy especial a mi abuelo, algo que había estado haciendo en secreto con mucho cariño durante las noches anteriores. Era un impecable pañuelo blanco de algodón bordado con su inicial ¨R¨ como siempre, solo que esta vez le añadió a la ¨R¨un bordado nuevo, una flecha y un arco.
Teniendo como referencia una mujer con tanta personalidad, tan luchadora, libre, rebelde en su época y amante de su familia, quisimos impregnar todas y cada una de sus buenas locuras en las prendas.
Aún recuerdo como cuando ella ya no estaba, mi abuelo llevaba siempre ese pañuelo y como nos contaba a los nietos, el por qué ese era diferente a los otros y la importancia que tenía para él la flecha…….hoy en día lo lleva nuestro proyecto, que ojala que desde su mundo de aventuras nos tiren muchas flechas de locura y rebeldía.